miércoles, 27 de marzo de 2013

Carta al desconocido que este loco quiere querer.

Querido desconocido,

Sí, desconocido. Pero no desconocido porque te dedique esta carta como si fueses un destinatario anónimo, no, sé bien quién eres y te conozco, quizá no mucho, pero créeme que no eres tan desconocido como pudieses llegar a pensar. No sé ni para qué escribo esto, quizá sea el consuelo del loco que escribe para desahogarse, quizá.... Mira, me aburren ya los "quizá". Es hora de escribir lo que me dé la gana y pisotear las posibilidades que nunca llegarán.

Te escribo para que sepas una cosa, que no puedo dejar de pensar en ti. Y sé que podrás decir que estoy loco y toda esa sarta de cosas que tantas veces me han dicho, pero es así. Llevamos, ¿cuánto?, desde que empezaron las clases después de navidades. No sé, pero lo que sí es que todo este tiempo siempre has tenido un huequecito en mi cabecita loca. Recuerdo el primer día que me di cuenta de que existías, lo siento si suena tan cruel, pero es así. Yo estaba un poquito mosca porque notaba que no parabas de mirarme, y yo, que soy un necio que ya con una mirada se enamora enloquecidamente, pues empecé a sentirme incómodo, demasiado.

Pasaban los días y fíjate tú que te me estabas volviendo imprescindible. Sólo te veía tres horas a la semana, aunque ahora ya sólo una y si te dignas a aparecer, pero son las tres mejores horas de la semana. Al menos al principio, porque como cada vez que mis ojitos empiezan a endulzarse en lagrimillas de emoción y mis mejillas se enternecen.... Vale, ya paro que esto suena muy teenager y me da un poco de asquete. Pues sí, muy al estilo Katy Perry, tú me hacías sentir como si estuviese viviendo un sueño adolescente, y es que ya eras mi obsesión, oye, porque buscaba tu cara entre la de los desconocidos y cada dos por tres había alguien en mi día a día, bien por la tele, bien en persona, que se parecía mucho a ti. Podría diferenciar esa barbita incipiente que tanto me gusta, y ese lunar en la mejilla derecha que, ains, en fin. Todo era muy Harold Song, pero sin que ninguno de los dos nos hubiésemos hablado en la vida, como mucho, cruzar una mirada.

Porque ni siquiera sé tu nombre, y mira que se ha dicho delante de mí, pero por aquel entonces todavía no eras más que otra persona distinta. Y es en estos días de "retiro pascual" o llámalo como quieras, que a cada instante te echo de menos. Anoche fue lo peor, no podía sacarte de mi cabeza y eso me dolía mucho, me hacía mucho daño. Y así me di cuenta de que por muy zorra que sea, sigo teniendo un coranzoncito. ¡Putos sentimientos! Cómo duelen y nos debilitan.

Y sí, estos sentimientos, si es que son sentimientos, van dirigidos hacia a ti. A una persona que seguramente ni siquiera sepa que existo, que cuando yo creía que me miraba en realidad se comía con la mirada a otra persona, a una persona que amo, que es amor y ternura absoluta. Pero es que no veas lo que me mató el día de San Valentín cuando con mis compañeros estaba yo despotricando, potando arcoiris con purpurina y unicornios de colores y tú con los tuyos diciendo: "Yo es que estoy esperando al amor de mi vida" y en un tono muy de sépanlo ustedes. ¿Por qué lo dijiste? ¿Por qué ahí y con tan solo nuestros dos grupitos solos? ¿Acaso querías dejar claro a alguien que estabas totalmente libre?

A mí eso me mató, pichón, me entraron ganas de tirarme a tu cuello y todo, muy lovable todo, pero cuando descubrí que tus miradas no iban del todo claras como yo pensaba, ya dudo de todo cuando en mi maravilloso mundo me he montado. Como diría mi mejor amiga, me he montado un CHOCHO yo solo. Y desde luego que si. Menudo coño me he construido.
Ya está, no quiero aburrirte más. Además ni siquiera sé si leerás esto así que... En fin, que quiero que sepas que has sido, y eres, y espero que seas alguien especial y que aunque no sepa cómo te llamas, sí sé lo que siento, bueno realmente no. Me quedo hasta el momento con una cosa, el martes pasado, cuando yo te miré, tú giraste tu cabeza y nuestros ojos se cruzaron, seguro que fue una casualidad, pero en genial mundo de mi choco imaginario, me hizo volver a vivir ese sueño adolescente, ya nada más me importa, quiero que me mires. Y si lees esto, por favor, no faltes el próximo martes.

Te quiere querer,

Un loco de la vida.

P.D.: que sepas que he hecho cosas inconfesables pensando en ti, cosas con nombre de pecado.